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El procés queda convertido de esta forma en un auténtico fin en sí mismo, que ha de llevarse adelante incluso en el supuesto de que se hayan agotado, como parece el caso, los planteamientos políticos, haya saltado por los aires la supuesta unidad de la sociedad catalana en favor de la independencia e incluso las organizaciones que canalizaban el presuntamente espontáneo clamor popular hayan sido arrastradas a asumir el papel de comités electorales dedicados a la confección de listas. Tanto da. La determinación está tomada

“Sea cual sea el resultado, ganarán” (El Confidencial, 11 de julio de 2015)