¿Qué tienen en común las constituciones de países federales como Alemania, Suiza o Estados Unidos? ¿Qué le falta a la constitución española para ser federal? Son algunas de las preguntas que intenta responder el libro ‘Federalismos del siglo XXI’ que a lo largo de 462 páginas da pistas importantes acerca de cómo funcionan los estados federales y el camino que debería recorrer España para avanzar en este modelo
Intentar explicar que significa ser federal en el siglo XXI. Es el objetivo de ‘Federalismos del siglo XXI’, un estudio comparado de los profesores de Derecho Constitucional Javier Tajadura y Josu de Miguel Bárcena que fue presentado en Barcelona el pasado 8 de junio.
El libro parte de la idea de que no existe una fórmula cerrada que pueda aplicarse a cada país: el modelo se construye en cada caso según las necesidades. Tajadura y de Miguel analizan la situación de un conjunto de países en base a aquello que comparten. Federalismo es así lo que tienen en común Alemania, Suiza, Estados Unidos o Canadá.
Los profesores llegan a la conclusión que estos países comparten algo que le falta a España. Sus constituciones establecen claramente las partes que componen la unión más allá de que a las unidades se les llame estados, provincias o cantones. “Además especifican las competencias o poderes que tienen cada una de estas partes. A diferencia de los países federales, la constitución española no identifica las partes que componen la unión ni establece qué poderes o competencias tienen”, señala Javier Tajadura.
Según el profesor de Derecho Constitucional de la Universidad del País Vasco, esta es una de las fuentes de disfuncionalidad de nuestro sistema ya que el traspaso de competencias se ha convertido en moneda de cambio entre los partidos políticos que han podido tomar decisiones en base a mayorías coyunturales.
Josu de Miguel Bárcena , profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Barcelona, destaca por su parte, la ausencia de cultura federal que existe en España y que es una cuestión en la que a su juicio, se debería avanzar. “El federalismo se caracteriza por una cultura de diálogo, pacto, y tolerancia que no forma parte de la cultural política española”, constata. De Miguel cree que para avanzar hacia un modelo federal, es necesario repartir las competencias a varios niveles tomando en cuenta la integración federal con la Unión Europea.
El libro ofrece una amplia y detallada panorámica de los federalismos existentes y pone de manifiesto el carácter instrumental del principio federal. El federalismo no es un fin en sí mismo, sino una técnica, una forma de organizar el poder del Estado, cuya finalidad última es el logro de la mayor eficacia en la prestación de los servicios, y de la mayor cohesión posible.